Veritas ("verdad" en latín) era el nombre propio de la diosa de la verdad en la mitología romana, hija de Saturno (el dios del tiempo) y madre de Virtus (la "virtud"). Se oculta en el fondo de un pozo sagrado por su naturaleza elusiva.
¿Cuál es la verdad de la historia, por cierto, la que nosotros vamos a relatar[1]?
Un presidente que no participó en la declaración de guerra en contra de los enemigos del norte, origen y fundamento de la "Gran Guerra del Norte", pero le tocó:
- Vivir las últimas acciones de las campañas de la guerra.
- Frente a un enemigo dividido[2] y con un presidente que se escapa a Europa con varios kilos de oro y posterior golpe de estado.
- Resistir las presiones de la potencia imperial de turno que deseaba sacar la mayor tajada de la situación que se estaba viviendo.
- Entregar el territorio ocupado-conquistado y hacer las paces con los vencidos para que aceptaran las condiciones para poner fin a la guerra.
- Recibir a las tropas que venían de regreso y reintegrarlas a la vida ciudadana[3].
Dicho personaje, el Presidente[4], hijo predilecto de la aristocracia terrateniente-minera del centro de nuestro país, una república muy especial por su estructura y con lagunas territoriales en donde la presencia del Estado es escasa o simplemente no existe.
- Él había estado en Europa, en una misión diplomática, en otras palabras, de vacaciones, las cuales duraron más de seis meses, como correspondía a su estatus. Italia y Alemania fue su centro de operaciones y descanso, tomando verdadero vino espumante en copas de vidrio y comiendo manjares en platos de loza, es decir, la pasó bien.
- Fue elegido diputado propietario[5] en cinco oportunidades, más tarde senador propietario y, como premio de consuelo: Presidente de la república.
No le gustaban los mestizos y menos los indígenas[6], le caían mal, no los soportaba, simplemente, no eran de su agrado, tenían un sudor con gusto a ajo, cebolla, ají y vino tinto espeso.
Su sueño, como primera autoridad, era mejorar y cambiar radicalmente esta situación y para ello, ordenó, como buen dueño de fundo a sus inquilinos:
- Promover la migración de familias blancas católicas, las cuales tenían derecho a tierras en el territorio de los indígenas[7]. Dado que nuestros funcionarios consulares, siempre escasos de dineros, con bajos sueldos y las remesas para el pago de los mismos, siempre se demoraban más de lo acostumbrado, vendieron-donaron hojas de papel, con timbre y sello consular, autorizando al que pagara el libre ingreso a nuestro territorio[8].
- Esa Europa que siempre está en guerra, después de las campañas de Napoleón –el viejo chico, panzón y con sueños de nobleza–, los alemanes aprendieron que debían unirse, y Prusia y los prusianos, a punta de cañones de artillería, unificaron a las diferentes organizaciones territoriales existentes y definieron lo que pasaría a llamarse Alemania. Unidos, bajo las banderas de Prusia, volvieron a pelear con otro Napoleón y lo derrotaron. Por lo tanto, el ejército que fue al norte, con una copia de uniforme francés, al estilo del Napoleón –viejo chico, guatón y con sueños– y con oficiales que repetían sus tácticas y estrategias como mantra diaria, debía, sí o sí, ser transformado por el nuevo modelo, por los ganadores, por los Prusianos. Se contrató a un capitán de artillería para que enseñara a las nuevas generaciones de oficiales y, por cierto, que se vistió de capitán a paje, con un nuevo uniforme y todos marcharon al ritmo de los valses de Strauss.
De las aventuras y desventuras del mencionado capitán de artillería
Tenemos que los leones, las hienas, los zorros, los lobos y los hombres siempre terminan disputándose los restos de la presa conquistada. Palabras más, miradas feas y estamos listos para volver a la guerra, pero ahora entre nosotros. Con una bolsa llena de monedas se compra de todo, y nuestro capitán de artillería fue contratado para dirigir uno de los ejércitos que entró al campo de batalla, y ganó. Honores y gloria, corona de laurel, más el cargo más alto que se puede alcanzar en el ejército: Comandante en Jefe, por diez años, más una bolsa llena de monedas. Y, cuando jubiló, un barco de la carrera lo devolvió a su natal Alemania.
El siguiente es un relato que nace de la imaginación de un hombre que no puede dormir en una noche de verano, cualquier semejanza con algún personaje histórico es solamente parte de la fantasía del autor. ↩︎
Uno de los firmantes del Gran Pacto Secreto abandona el campo de batalla y se vuelve a su hogar más allá de las montañas. ↩︎
Existieron campañas de ayuda a los soldados mutilados, en especial a los oficiales, pero, en general, a los soldados se les abandonó a su suerte, generando una serie de bandas armadas de ex soldados que asolaron las zonas rurales de nuestro territorio. ↩︎
En este caso, es un personaje de profesión abogado, pertenece al partido liberal y con un prestigio en la vida pública por los sucesivos cargos ocupados en las administraciones anteriores. ↩︎
El concepto de Diputado o Senador "Propietario" significa que es permanente, dado que también existe la categoría de suplente. ↩︎
La aristocracia Castellano-Vasca que se enriquece con la agricultura y la minería en el centro del país, viaja a Europa a buscar títulos nobiliarios y membresías de Órdenes de Caballería. Y son sus descendientes los que gobiernan la república durante el siglo XIX. ↩︎
En el siglo XIX las repúblicas emergentes en América Latina establecieron una serie de campañas militares en contra de los indígenas, los nombres son varios: "Guerra de Pacificación" o "Guerra del desierto". El objetivo, uno y simple: eliminarlos y ocupar su territorio mediante remates o donaciones a grupos de inmigrantes. ↩︎
Nosotros tenemos colonias de inmigrantes europeos, tales como: los alemanes, los suizos, franceses, italianos, croatas y palestinos. ↩︎