Cuento: Tres sombras nos acompañan

Tres, son las marías del cielo, mas no sabía por qué se llaman así, pero, a cada persona que pasaba por mi puerta le consultaba, más nadie me podía dar una respuesta(...)

Tres, son las marías del cielo, mas no sabía por qué se llaman así, pero, a cada persona que pasaba por mi puerta le consultaba, más nadie me podía dar una respuesta, y la pregunta se perdía en el fango del fondo del río de la vida, y un día, en un acto desesperado, lo consulte al viento de la tarde, ese que siempre está apurado y el me contesto: Una mujer siempre acompaña y guía a un hombre en su andar por sobre la tierra, por lo tanto, deben ser mujeres las que se encuentran en el cielo, dado que guían a quienes caminan solos en la oscuridad de la vida.

Ahora, con propiedad digo, en una noche del sur del mundo, mujeres son las que están en el cielo y Marías por nombre tienen, ellas, no se si serán vírgenes, eso no importa, pero, en noches como está son mi única compañía, lo sabia, y ello me hacia sentir bien, hasta lo encontraba bueno. La soledad, fiel compañía de muchos días, quizás muchos, se fue llorando a un rincón, ya no la necesitaba.

Un trío son, el padre, el hijo y el espíritu santo, frente al cual mi abuela rezaba todos los días de mí corta existencia, vida que vivimos juntos y de la cual puedo dar testimonio, de lo que no puedo decir mucho es que sí ella fue santa o virgen, no lo creo, sólo fue una mujer generosa de cara redonda y una sonrisa que se dibujaba en su rostro. Nosotros, los que recibimos un pedazo de cariño de sus manos, lo qué hizo o dejo de hacer, eso es algo sin importancia, dado que ella se encuentra en el cielo, y desde una estrella, no muy brillante, me acompaña y me protege de ese doble frío del que no tiene con quien compartir el pan nuestro de cada día.

Un, dos y tres, son los hermanos que gobiernan la logia, en la cual mi abuelo, paso parte de su vida, junto a sus hermanos buscando ese camino hacia un Oriente Celeste, en una mesa bien servida y por supuesto mejor regada. Nunca supe claramente donde se encuentra, después de leer gran parte de su hermosa biblioteca y de ponerme todos sus mandiles, cuando se lo consulte, me dijo, con una calma y una fe de tener todo o parte del camino ganado: Un día, no muy lejano, sí creía, en eso de que existe un Dios, los nombre que le dé es un asunto menor, lo podía encontrar.

También forman un trío, las sombras del tiempo de un mismo hombre, creados por su imaginación o por lo que sea, pero que existen, y viven, y nos acompañan desde el portal de los tiempos: Pasado, Presente y Futuro. Todos, hombre y sus sombras del tiempo, unidos y dividas por el ser de la vida, cansados de viajar por la existencia y por qué no de su propia realidad, esperan, en uno de los portales de la orilla del camino, siempre, aguardamos algo que ha de venir y no tenemos certeza del que será, pero siempre esperamos con la evidencia que ha de venir,… .

El atender, más largo y además, muy triste, es el sostenido y entablado por el silencio, para romper con él, calma que se hace eterna en un instante, cualquier motivo es suficiente y, una a una, las palabras, salen a volar de las bocas que son una misma, intentando recrear el siguiente dialogo: ,…, el Pasado, en tono lento, permitiendo siempre que el Presente se aleje, siempre más, hilando cada palabra, consulta: ¿Cuál es el camino al futuro?

Cuatro ojos fríos, lo revisaron, de arriba abajo, y dos de ellos, en idéntico tono, buscando una a una los vocablos, responde: Si conoces bien tu pasado, podrás conocer el lugar en dónde te encuentras y de mejor manera hacia dónde quieres ir o a dónde podemos marchar.

,…, el Futuro, siempre con prisa, dado que el Presente viene con rapidez y nunca se calma o se detiene, declama: ¿Díganme cuál es la primera rebelión que tiene su origen o causa en el hombre?.

En un espacio tiempo del cono del Pasado absoluto, se busca la respuesta; en donde reino el silencio, más de lo deseado por los otros,.. se buscaban los términos, unos a otros y se acomodan para señalar: El más bello e inteligente de los capitanes de Dios al negarse a rendirle el "Honor de paso" a los hombres, inicia, según unos, con su actitud, una rebelión, la cual es rápidamente sofocada y frente a la pregunta, ¿por qué?. Responde en forma natural: Miles de palabras van llenando todos los rincones, pero, los que escuchan saben que es Miedo, sólo eso y nada más, palabra simple y muy difícil de pronunciar… .

El castigo, si es sencillo, rápido y fácil de ejecutar, mucho mejor: él y los suyos serán expulsados de los Cielos, por siempre jamás.

El rebelde, sus seguidores y los perdidos en el espacio tiempo del mundo de los hombres, desde sus nuevas posiciones, lejos de la luz, dan curso a una sensación de inseguridad creciente, lo que se transforma rápidamente en una guerra total y permanente de carácter irreconciliable. Como todo grupo que se aprecie y además va a la guerra, debe tener al menos:

  • Una bandera de lucha: Irritar, molestar e instigar mediante el uso y abuso del Miedo.
  • Un espacio tiempo de desarrollo: Provocar entre los hombres luchas y conflictos continuos, las cuales deben poseer sus instantes de calma y paz, para de esta forma los combatientes puedan reponer sus huestes de combate, sanar su heridas y recomponer sus economías, para el nuevo conflicto que vendrá.
  • Posee algún límite: Ninguno, las brutalidades van de la mano de los combatientes, y la acción de discordia, dura hasta nuestros días, ella, mañana ha de continuar,…

Reinando el silencio en la rosa de los vientos, sólo, canta el viento entre las piedras del camino, es la calma que precede a la tormenta,…, una voz, viene desde lejos, nos trae la señal, los otros, han ofendido, y con ello han cometido falta grave, es por tanto nuestro deber,…, dos sombras unidas por el Presente, se levantan y vuelven a caminar,….

El combate ha vuelto a empezar,… y las cosas deben de continuar, como siempre ha sido, es parte del juego de los que se marcharon, y ellos, puedan cumplir su lema de venganza en forma plena,…

De ellas, las tres, de las qué he nombrado y de las qué he olvidado, pero que bailan igual con cada uno de nosotros, una danza en donde no hemos sido invitados pero tampoco rechazados. Es un andar en esa pista de baile que es nuestro caminar por la vida, en forma indisoluble, nos escoltan y son parte nuestra, desde antes de nuestro primer grito y también lo harán después del último, pero además, son parte de nuestra identificación propia y característica, no existen dos pares de tríos iguales, generadas por cuerpos distintos, las abra similares, pero no iguales, el principio de idempotencia también es válido en nuestras proyecciones. Hoy estoy solo, y es de noche, una lluvia suave cae, lejos se encuentra una casa en donde había vivido muchos años, cerca mis recuerdos, y un sueño que no desea venir.