El Viaje, un ensayo.

El presente documento es un aporte a la formación de nuestros Q:.H:., la educación es lo único que nos permitirá ser realmente libre y de buenas costumbres. Lo que tienes en tus manos no se compra, ni se vende, sólo se presta a quienes desean aprender y profundizar en el conocimiento de nuestra fraternidad.

Introducción

Los fines y las actividades que realicemos, dependen de la claridad que nosotros seamos capaces de entregarle a nuestros objetivos, y de los mecanismos utilizados para su transmisión. Por cierto, debemos recordar y tener presente que no existen fines y actividades sin un objetivo previo, pero, si pueden existir objetivos que no tengan actividades.

Los viajes en la ceremonia de iniciación de la Masonería.

El grado de aprendiz en la Masonería es parte de una triada de formación continua, es el primer escalón de la educación de un hombre y una mujer libre y de buenas costumbres. Su enseñanza y su aprendizaje, en el grado, posee una serie de hitos claramente establecidos por los usos y costumbre; y todo proceso de enseñanza-aprendizaje es hijo a su vez de una voluntad, un deseo, y de la mano atenta y silenciosa de sus Maestros.

Todos somos aprendices en esta escuela de la vida, en ella, la escuela de la vida, quienes las ofician de Maestros, son quienes, han sabido entregar y usar, los elementos necesarios para que esa piedra bruta de la cantera de vida, vaya adquiriendo la suavidad y la belleza que el encuentro con la verdad le proporciona.

Todos en nuestra vida estamos viajado y siempre lo haremos, lo único permanente es el cambio, desde esa mirada es que cada uno de nosotros siempre debe encontrarse preparado para un nuevo o diferente andar, por cierto con el sin número de sorpresas que ello nos depara; recordando que muchas de ellas pueden no ser del todo gratas.

El viaje iniciado por el futuro hermano en su primera cámara, aparece rodeado de todo el simbolismo que las circunstancias materiales y espirituales le permitan a la Logia entregar y que el iniciado este en condiciones de asumir.

Es por ello entonces que los viajes pretenden que el candidato a Maestro y eterno aprendiz, quien lo desea ya lo es, condición mínima y necesaria que ha de demostrar el que va ha emprender ese andar a hermano de nuestra Logia demuestre a sí mismo que es de un carácter independiente. El factor de independencia, debe ser entendido en la línea que posee en su interior los elementos necesarios para saber:

  1. Decir que sí, cuando desea decir si y saber decir no, cuando desea decir no, y por cierto saber asumir lo que cada de sus afirmaciones implican, y que ellas fueron asumidas después de una reflexión con la plena conciencia de sus consecuencias.
  2. Saber reconocer con valentía cuando nos hemos equivocado y con esa misma dignidad, doblar nuestra cabeza como hombres que buscamos la verdad, pero, jamás entregar nuestra libertad a cambio de un segundo más de vida.
  3. Que somos poseedores de una voluntad. La voluntad de ser libres, por ende, ella nos es propia, en el sentido que se es capaz de pararse y enfrentar al mundo, producto de su decisión como hombres libres y jamás permitir ser convertidos en esclavos.
  4. Reconocer que tenemos una capacidad de sacar fuerzas de flaquezas en su dimensión material y espiritual, dado que en más de una ocasión el mundo es muy grande y nosotros nos sentimos demasiado pequeños frente a él.

El Primer Viaje.

Desde el Occidente o en el lugar de la oscuridad en donde nosotros estamos, como profanos o como piedras brutas de la cantera de la vida, debemos iniciar nuestro caminar a Oriente, lugar de la Luz. Lo real, que vivimos en el cotidiano del veinticuatro – siete, como expresión de nuestro ser y de nuestro alcanzar, con todas las limitaciones físicas e intelectuales, lo debemos buscar en forma permanente en eso que se esconde, y juega con nosotros en las apariencias de las formas danzantes del ir constante de nuestro hacer diario.

Para buscar lo real, el lugar de la luz en donde no viven las sombras, debemos ir a las zonas oscuras y frías que cada uno de nosotros tiene en su interior, pero ese viajar a ellas no es para quedarnos en nuestra propia noche y no salir jamás de allí, es una etapa necesaria de conocimiento propio y necesario para poder alcanzar la luz, pero es una candela necesaria que cada uno debe poseer para de esta forma derrotar a esas sombras danzantes que en forma permanente nos van rodeando. Hemos conocido la realidad que mana de la Luz y con ese saber debemos volver a nuestras sobras, pero ya nuestro paso viene por ese camino agradable del Mediodía.

Nuestro caminar de las sombras a la Luz y de allí a las sombras, nunca esta desprovisto de problemas y dificultades, muy por el contrario, ellas, ese dúo dinámico, siempre nos han de acompañar, pero nuestro andar está marcado con un nuevo conocimiento, y es ese hecho, el que nos permitirá recibir la purificación del aire, elemento que nos ayudara a limpiarnos de esos olores pesados de la ignorancia y la irrealidad.

El Segundo viaje.

Las luchas son buenas y siempre necesarias y si ellas son en contra de nuestras pasiones negativas que cubren de un manto de oscuridad a lo real y nos alejan de la verdad. Nuestro primer viaje nos represento una búsqueda de la Luz y por su intermedia de la Verdad. Armado de ella, podemos re - tomar nuestro andar en armonía con nuestros Ideales. Nuestro segundo viaje nos debe servir para alcanzar la perseverancia de nuestro hacer en nuestros trabajos que nos permitirán alcanzar el nuevo proceso de purificación, ya no del aire como en nuestro primer viaje sino del agua. El agua disuelve todo y el todo de nuestra imaginación es lavada y de nuestros errores y defectos.

El tercer viaje.

Nos hemos limpiado de nuestros errores y defectos, esa es la idea e ideal que debe ser alcanzado por cada uno de nosotros en cada uno de los dos viajes anteriores. El aire, el agua y el fuego forman desde siempre la trilogía que se complementa y anula. Nosotros al conocer la Luz de la Verdad, estamos en condiciones de poder hacer desaparecer todo error de nuestros pensamientos, pero todavía nos queda alcanzar a dominar el Fuego de nuestras pasiones, y el dominio nos debe significar que nosotros debemos ser capaces de caminar sobre él y su poder destructivo no nos debe tocar. Si ello se logra, dominar nuestras pasiones, ello no significa anularlas, sino, ser capaces de colocarnos por encima de ellas, estamos en condiciones de señalar que hemos logrado visualizar: Verdad, Poder y Virtud.

A modo de resumen…

Nosotros hemos sido purificado por:

  • El aire que ha barrido el polvo del olvido de todos nuestros rincones del alma, que por cierto son muchos y se multiplican a si mismo cada día.
  • El agua que ha disuelto ese lodo espeso y gris, conformado por los rencores, des-mores y desilusiones que se anidan en nuestros corazones.
  • El fuego que con su calor y poder nos permite combatir el frio del desprecio que un amor mal entendido nos genera, y por cierto elevarnos por sobre las adversidades y ser mejores.

Las purificaciones de alguna manera nos dan la fuerza de la Fe, la Esperanza y la Caridad, mediante las cuales podemos resaltar los limites de nuestra propia capacidad de superación y es ese camino el que nos llevara a ser verdaderos maestros de la escuela de la vida, la cual comienza y termina en nosotros mismos, y por cierto se ve reflejada en nuestra familia.