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Apuntes para la ceremonia de “Unión” 17-02-2024 “El hombre, una caña pensante” Blaise Pascal (1623-1662) Muy cierto, cada uno de nosotros somos una débil caña que una brisa más rápida de lo normal nos puede quebrar, deteriorar o tumbar. Eso es muy cierto, pero, tenemos una facultad, somos capaces de pensar, por lo tanto: Podemos determinar qué es lo mejor para nosotros en tales o cuales circunstancias, que nos podamos encontrar.

Pienso que separar la manifestación que caracteriza al movimiento social exigiendo un mejor gobierno de sus asuntos con la manifestación de libertinismo y violencia que manifiestan algunos pocos es de suma importancia para entender, juzgar y responder a cualquiera de las dos posturas. Leo y escucho con mucha frecuencia acerca de los desmanes ocurridos en las manifestaciones, pero encuentro prudente destacar que los desmanes no han ocurrido durante las manifestaciones que han sido motor de esta suerte de revolución civil en contra de algunas injusticias impuestas y sostenidas por los partidos políticos y que además se han caracterizado por ser pacíficas y legales, sino que han ocurrido aprovechándose de la masiva convocatoria que han producido éstas, con un claro intento de homogeneizar sus causas, algo que lamento ver se esté logrando por defecto de hacer algo al respecto, como comenzar a referirnos a la destrucción y violencia como tal, una manifestación de delincuencia y no confundir como parte o consecuencia de las manifestaciones lúcidas y pacíficas en busca de sanar lo que no parece justo y se ha sostenido durante mucho.

La séptima parte de esta entrega ha sido retirada por el autor. Tenemos capacidad de dialogo, somos capaces de escuchar y el otro no es mi enemigo, y seguimos siendo hermanos. Por lo pronto, podemos llegar a un acuerdo, el cual, no nos deja esa triste sensación de derrota o de triunfo absoluto, hemos intentado encontrar el justo medio, y ello es fundamental, para que Chile sea un hermoso lugar para vivir, estudiar y trabajar.

Los gobernantes en el mundo Griego consultaban a un Oráculo sobre las decisiones que debían tomar. Hoy, en Chile, aún tenemos Oráculos, los cuales se llaman Centros de Estudio, a los cuales se les pregunta sobre las acciones a seguir, y por cierto, que toda casa de Estudios Superiores o Partido Político que se aprecie, posee uno. Parece ser que la clase dirigente, actual, no escucha a sus consejeros, y menos lo que la inmensa mayoría pide y la crisis que vivimos en vez de disminuir, aumenta en forma peligrosa.

Para Aristóteles el bien del individuo y el del Estado son inseparables. Y por cierto, para el estagirita, la felicidad es la finalidad de todos los hombres. Pero, en la hora presente en nuestro Chile querido, tenemos que: Existe una brecha que crece entre la forma de entender – comprender el bien ciudadano y el del Estado. Ello se manifiesta en que crece la polarización y división de nuestra población; con una clase dirigente que escucha poco las demandas sociales; y autoridades de gobierno, que hacen uso y abuso de la fuerza policial.