La Valentía, una virtud olvidada
Somos occidentales. Herederos del Judeocristianismo y su moral. No podemos dejar de valorar los hechos bajo los ojos del Nazareno y sus discípulos. Para nosotros no hay peor pecado que la desobediencia a los principios instaurados por judíos y perpetuados por los cristianos, seamos creyentes o no. Si nos detenemos a pensar bien tanto Izquierda como Derecha, supuestos enemigos políticos, se sustentan, por lo menos en lo valórico, en principios tales como la solidaridad y la unión, alguna vez predicados por Cristo.